viernes, 5 de febrero de 2010

La historia sin fin...

Parece ser que en este cuento, nunca habrá una última parte. Las certezas desaparecen como por arte de magia y la incertidumbre tomo el papel principal de esta historia. El tiempo que siempre actúa como cicatrizante parece estar vencido. Mientras tanto, con su renguera del perro tradicional, la ilusión continúa adelante por un camino que esta sin marcar.

El presente sigue el guión al pie de la letra con la intención de convivir de la mejor manera con el futuro, pero el pasado, conflictivo por naturaleza y uno de los actores principales, no se quiere bajar del escenario. A todo esto, el director ya no sabe que pensar; de lo que si esta seguro es que no va a presentar la renuncia y dirigirá esta obra hasta que el fin se digne a volver.

Desde un comienzo, incontables personajes se hicieron presentes. Unos pocos se animaron a proponer ideas que dieran un cierre a esta historia; mientras que la gran mayoría se hizo presente, sola para ver de qué se trataba. Es sabido que muchos actores renunciaron, otros fueron echados y otros tantos se fueron y se irán sumando a esta historia que parece no tener fin…

Por El chino...