domingo, 4 de julio de 2010

De la que te...Hace reír...

Las imágenes no corresponden a la noche de anoche.
Según wikipedia, la risa es la reacción biológica de los humanos a momentos o situaciones de humor: una expresión externa de diversión. La risa se puede clasificar en función de duración y de su tono: desde la risita nerviosa, caquino, carcajada, risotada, cascabeleo, risa malvada, hipido.

A pesar de la eliminación en la copa, anoche volví a reírme como hacía mucho no lo hacía. ¿Los culpable? 3 amigos, uno botella de Gin y una de Ron. Todos ellos desencadenaron una serie de hechos y desechos que llevaron a expulsar lo mas profundo y expresivo de nuestras risas.

Según estudios, la risa proviene o no es dada geneticamente por nuestros antepasados. Volviendo hasta la época de Darwin, algunos dicen que los animales también pueden reír, cosa que no dudo al ver correr a mi perro o hacer morisquetas a los monos por la televisión.

¿Pero que es lo que produce la risa? Un chiste provoca un ataque de risa, porque en la narración de un episodio surge algo inesperado, fuera de contexto. Mientras más inesperado, más risa provoca. En toda narración hay una lógica, pero si en ella aparece abruptamente una contradicción, que se aleja de la lógica, la mente parece reaccionar produciendo una explosión de risa. Mientras más abrupta es la salida de la lógica, más gracioso es el chiste.

Evidentemente es una respuesta emocional que se da automáticamente, y cuyo origen tiene que estar necesariamente en alguna parte del cerebro. En este sentido, es muy importante la reciente observación realizada por investigadores de la Universidad de California, que en seres humanos han ubicado un lugar especifico del cerebro, que corresponde al centro de a risa.

Anoche durante un ataque fuerte de risa, a tal punto de llegar a las lagrimas y la falta de aire, logre darme cuenta que el éxtasis máximo se producía cuando la imagen o el hecho que había provocado la risa, se repetía en imágenes dentro de mi mente una y otra vez. Ósea, la risa subía y bajaba su intensidad según mi mente generaba la misma imagen que había ocurrido minutos antes.

En este sentido, creo que de alguna manera pude ubicar ese punto que los investigadores de California llaman el centro de la risa. Asimismo, puedo asegurar que los hechos ocurridos estaban muy lejos de tener una lógica o de acercarse al sentido común, por lo que reservare las imágenes y las palabras de anoche en algún rincón de mi cabeza para hacer expresados en formato de anécdota ante la carencia de buen humor que puedan presentarse a futuro.

El Chino...

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